Qué causa el Trastorno de Estrés Postraumático Complejo
El Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (a partir de ahora, TEPT-C) es una afección que resulta de sufrir episodios traumáticos durante un período prolongado de tiempo, sobre todo durante la infancia.
De manera específica, incluye todas aquellas situaciones que involucran cautiverio que se prolonga a lo largo de muchos años (una situación que carezca de una forma viable de salida o que la víctima lo perciba como tal), que dan lugar a sentimientos de terror, inutilidad, impotencia y una deformación en la propia identidad y del sentido del uno mismo.
Ejemplos de estas situaciones son:
- Abuso en la familia o la pareja emocional, físico y/o sexual.
- Situaciones de bullying en el colegio o de mobbing en el trabajo.
- Esclavitud o trabajo forzoso.
- Encarcelamiento a largo plazo y/o tortura.
- Participación en una guerra bélica.
- Cuidado a largo plazo de familiares con enfermedades mentales o crónicas.
- Exposición a largo plazo a condiciones de crisis, como una crisis económica o la crisis sanitaria del covid.
Cuando las personas se han quedado atrapadas en una situación sobre la cual tenían poco o ningún control, esa sensación tiende a permanecer en el cuerpo, en el sistema nervioso, incluso mucho tiempo después de que esa situación haya desaparecido.
El trauma, explicado de forma sencilla, se refiere a que con respecto a esa situación vivida de largo plazo, la persona no ha podido procesarla, porque le abrumaba demasiado y no tenía los recursos emocionales para hacerlo. Por ello, la experiencia no se procesa por el cerebro como algo del pasado para que se convierta en una memoria, sino que se queda “congelada” en el cerebro, normalmente almacenada por partes, se suelen recordar imágenes, olores, sonidos,.. pero de forma fragmentada.
Por ello, cuando una situación parecida se repite más tarde en la vida, funciona como un detonante, y la persona vuelve a sentirse como con la situación originaria: abrumada y en peligro.
El TEPT-C supone desarrollar una condición que tiene que ver con ese trauma original, que ha marcado mucho y que condiciona la vida.
El término “Complejo” se utiliza para distinguirlo del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), que se refiere a situaciones puntuales y concretas, no a una exposición prolongada en el tiempo, como haber sufrido un accidente de coche o haer sido víctima de un atraco.
Mientras que el TEPT está reconocido en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) de la Asociación Americana de Psiquiatría, ampliamente utilizado por los profesionales de la salud mental también en Europa, el TEPT-C no lo está, pero sí está incluido en la decimoprimera edición de laClasificación internacional de enfermedades(CIE-11) de laOrganización Mundial de la Salud.
También es importante señalar que cada persona es diferente y tiene un nivel de tolerancia diferente a las experiencias vividas. Por lo tanto, frente a las mismas experiencias es posible que el grado de TEPT-C que se desarrolle sea diferente, o incluso que unas personas lo desarrollen y otras no.
Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático Complejo
Los síntomas que menciono más abajo suelen darse en grupo, no todos ellos pero sí más de dos o tres a la vez:
Sensación de sentirse en peligro constante, como si algo malo o catastrófico fuera a ocurrir en el siguiente minuto.
Tienen dificultades para quererse y sentirse, en general, “suficientemente buenas” para merecer dinero, amor, éxito, felicidad, etc.
Tienden a tener problemas para generar vínculos sanos con otras personas y miedo a las situaciones de intimidad, porque ahí suele haber muchos detonantes de la situación originaria vivida.
Suelen vivir, de forma inconsciente muchas veces, estando disociadas, sin mucho contacto con su cuerpo y sensaciones y emociones en el presente, ya que esto puede resultar abrumador. Por ello, suelen tener dificultades para centrarse en el estudio, el trabajo o una simple conversación con otra persona, ya que suelen “escaparse” con sus pensamientos del presente.
Adicción a sustancias como drogas o a comportamientos como las compras o el trabajo o el sexo.
Trastornos alimenticios como la anorexia o la bulimia.
Codependencia: dependencia emocional de otra persona hasta el punto de habilitar y apoyar su enfermedad mental, adicción, elecciones pobres,…
Convertirse en una persona complaciente: tendencia a elegir parejas que son muy difíciles o imposibles de complacer para tratar de resolver la relación primaria con los padres.
Catastrofismo: el hábito de asumir automáticamente el “peor de los casos” y asignar problemas o cuestiones menores o moderadas el calibre de eventos catastróficos.
Desarrollo de depresión y/o ansiedad y enfermedades auto-inmunes como la fibromialgia o la enfermedad de Addison.
Miedo al abandono: creencia irracional de que uno corre el peligro inminente de ser rechazado, descartado o reemplazado personalmente.
Indefensión aprendida: supone perder la capacidad para defenderte, poner límites, pedir respeto,…
Ataques de pánico: episodios breves e intensos de miedo, a menudo acompañados de síntomas físicos, como hiperventilación, temblores, sudoración y escalofríos.
Perfeccionismo: la práctica de exigirse a una misma o a los demás un estándar de organización, orden o logro poco realista, inalcanzable o insostenible en el tiempo.
Visión tipo túnel: el hábito o la tendencia a ver o centrarse únicamente en una única prioridad mientras se descuida o ignora otras cuestiones importantes.
Tendencia a tener pensamientos obsesivos que se centran en algo en concreto y se dan en bucle.
Cuando surge un detonante, esto es, una situación en el presente que a la persona se le parece a la original vivida, se pueden dar flashbacks emocionales, que supone vivir la situación de la misma manera que la original, como si se estuviera repitiendo en el presente.
Una sensación general de “ser defectuosa”, de que “hay algo que está mal en mí”, de que “no soy normal”.
Una dificultad para pertenecer a grupos y a confiar en las personas. Una tendencia al aislamiento como una estrategia para sentirse seguras.
Conclusiones finales
Es muy importante tener el cuenta que el TEPT-C no es algo con lo que se nace sino que se desarrolla a consecuencia de situaciones traumáticas vividas por la persona.
El TEPT-C es difícil de diagnosticar, sobre todo por dos razones:
- Hay poca información sobre ello, incluso por parte de los profesionales de la salud mental.
- La persona suele sentirse avergonzada y culpable por los síntomas, no suele hablar de ellos e intenta ocultarlos o negarlos.
En el próximo artículo abordaremos los diferentes tratamientos y estrategias para tratar el Síndrome de Estrés Postraumático Complejo.
Imagen deKinga HowardenUnsplash.
